Las mujeres cuidadoras en Bogotá cuentan con actividades de respiro en las 23 Manzanas del Cuidado que se encuentran por toda la ciudad. Allí pueden realizar actividad física gracias a la articulación existente entre la Secretaría de la Mujer y el IDRD, quienes brindan clases de rumba, yoga, baile, entre otras. Uno de los servicios más llamativos y solicitados por las cuidadoras es la Escuela de la Bici, un programa que promueve la actividad física, la recreación y el deporte mediante el uso de la bicicleta.
Además, resulta ser un servicio que, particularmente para las mujeres, empodera y fortalece su autonomía. Por años, la independencia que las mujeres adquieren cuando aprenden a montar bicicleta es significativa, puesto que así no dependen de ningún esposo o familiar para movilizarse, sino que pueden hacerlo por cuenta propia.
Desde 1891 -cuando se consideró que era de mala educación y poco apropiado que las mujeres montaran bicicleta- diversos movimientos alrededor del mundo han trabajado para resignificar su uso y empoderar a quienes aún no se animan a aprender. Por eso, la Escuela de la Bici es un servicio gratuito, así como todos en las Manzanas del Cuidado, que fortalece a las mujeres.
Este programa es apenas la muestra de lo que logran las mujeres cuando dedican parte de su día a la actividad física. Según la Unesco, la participación de las mujeres en las actividades deportivas ayuda a romper los estereotipos de género, contribuye a las habilidades de liderazgo, el trabajo en equipo y mejora la autoestima. Este último porque al practicar algún deporte rompen la idea de que son débiles o incapaces de realizar actividades de fuerza o resistencia.
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En las Manzanas del Cuidado, durante las diferentes actividades y talleres hay espacio para que las mujeres creen relaciones de amistad cercanas. Así que mientras trabajan en su salud física y mental con los espacios de respiro, crean vínculos con otras mujeres que las entienden, que han pasado por situaciones de violencia o que pueden apoyar a quienes atraviesen por ellas. De esta forma, las redes de apoyo se convierten en el principal aliado para acercar a las víctimas de cualquier tipo de violencia (física, sexual, psicológica, política, entre otras) a los canales de orientación y atención según sea el caso.
¡En Bogotá, cuidamos a las que nos cuidan!