Bertha Rodríguez Peña inicia su día, todos los días, a las 5:15 de la mañana para levantar a su nieto de 9 años y llevarlo al colegio. Antes de salir de su casa, debe despertar a su nieta de 4 años a quien también debe dejar en el colegio a las 6:30 de la mañana.
Mientras está alistando a su nieta y a su nieto, y preparando el desayuno ya está pensando en qué va a hacer de almuerzo para no perder tiempo. A las 7 de la mañana, cuando su día ya lleva dos horas de trabajo, pone su vida de cuidadora en pausa para darse un tiempo para sí misma.
Alista una tula en la que carga una botella con agua; busca un saco, se pone sus tenis y se maquilla un poco. En el barrio ya le han dicho que tiene novio y que por eso se arregla, pero lo que no saben es que lo hace por ella, porque aprendió que es valiosa.
A las 8 de la mañana ya está lista para iniciar las clases de actividad física musicalizadas que ofrece el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, IDRD, en la Manzana del Cuidado de Engativá. En abril cumple 7 meses de haber conocido este servicio que asegura, le cambió la vida.
Doña Bertha empezó asistiendo a yoga y allí aprendió a relajar la mente, aunque sea por un instante, en la Manzana del Cuidado encontró un lugar para desconectarse de los problemas y aprendió que la actividad física es salud para su cuerpo y su mente.
“Algo que me ha marcado mucho en este tiempo es que siento que volví a nacer, a revivir, yo era muy enferma y me traqueaba todo el cuerpo”, relata. Doña Bertha cuenta que hace unos meses le empezaron a salir nudos en su cuerpo y bolas en la espalda y los brazos, que estaba perdiendo su postura y hasta su vitalidad, por lo que en su familia buscaron gimnasios para tratar sus dolencias, pero los costos de estos lugares le impedían acceder a ellos.
Al terminar sus clases, debe salir a recoger a su otro nieto de 13 años. Lo lleva hasta su casa, le da el almuerzo y recoge a su nieta que termina la jornada escolar. Al mediodía lleva al niño al colegio y pasa la tarde con la niña hasta las cinco, cuando debe volver al colegio a recoger a su nieto.
En la tarde finalmente se puede relajar y descansar de todas las responsabilidades de su día a día. Ella cuenta que ahora incluso puede dormir pues aprendió a dejar las preocupaciones atrás y a concentrarse.
¡En Bogotá, cuidamos a las que nos cuidan!
¡Estamos construyendo una ciudad que pone en el centro las necesidades de las cuidadoras y que implementa políticas públicas para atenderlas de manera integral! Nuestro legado para Bogotá será dejar una ciudad que, por primera vez, tiene un programa para reconocer, reducir y redistribuir los trabajos de cuidado no remunerados.
Bogotá ya tiene 16 Manzanas del Cuidado en Ciudad Bolívar, Bosa, San Cristóbal, Usme, Los Mártires, Kennedy, Usaquén, Santa Fe, La Candelaria, Engativá, Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito, Chapinero y Fontibón. Además, tenemos 2 Buses del Cuidado rodando por las zonas rurales y urbanas más apartadas.
¡No esperes más! Disfruta ya todos los servicios que tenemos para ti.