Lavandería comunitaria para tener respiro
“La Manzana del Cuidado me empoderó y ahora soy una lideresa”
Las lavanderías comunitarias son posibles gracias a la alianza entre el Sistema Distrital de Manzanas del Cuidado a través de la Andi con las empresas Vanti y Whirpool. Esto demuestra que para cambiar las realidades de las mujeres de Bogotá es necesario el trabajo corresponsable entre el sector público y el sector privado.
Desde que era una niña de siete años, Martha Munévar Castro se ha dedicado a cuidar. Es la mayor de tres hermanos y, por “obligación”, era la encargada de cocinar, limpiar y organizar la casa cuando su mamá salía a trabajar. “En ese momento era lo normal, las mujeres
éramos las únicas que nos encargábamos de esas tareas, en mi casa solo lo hacíamos mi mamá y yo”.
Desde pequeña, Martha ha tenido una vida sin descanso. En su adolescencia terminó el bachillerato estudiando de noche y trabajando de día. Entró al SENA y se graduó como técnica en comercio y ventas. Trabajaba en lo que salía. Fue secretaria y asesora comercial.
También podrás ver y escuchar la historia de Martha Munévar Castro a continuación.
Cuando tenía 24 años conoció a su esposo, Abel Hernández. Se casó y quedó embarazada de su hijo mayor, Jonathan. En ese momento, Martha hacía maromas con el tiempo. Era mamá, tenía un trabajo, estudiaba y ayudaba a Abel en una microempresa familiar que intentaban sacar adelante.
“En mi vida no existía el descanso. Trabajaba casi las 24 horas del día, era supremamente difícil. Ahora mis hijos dicen que parezco un militar. Vivo corriendo, siempre estoy acelerada y todo lo hago contrarreloj. Mi vida es como una carrera contra mí misma”.
A sus 36 años tuvo a su segunda hija. Martha seguía intentando ser, como ella misma dice, ‘la mujer maravilla’. “Quería no cansarme nunca, no enfermarme, no parar. Aunque sentía que el cansancio me pasaba factura de vez en cuando, no me dejaba vencer”. Cuando cumplió 41, hace 10 años, su vida tuvo un giro radical. Martha se convirtió en una legión completa de superhéroes. Su esposo sufrió un accidente que le ocasionó discapacidad cognitiva y visual, y ella se volvió su cuidadora permanente.
“Me cambió la vida por completo. Nadie en la familia estaba preparado para esto. Yo dominaba el mundo del cuidado de mi casa perfectamente. Sabía cocinar, limpiar, cuidar a mi hijo y a mi hija, pero cuidar a una persona con discapacidad era una cosa totalmente diferente para mí”.
¡Es hora de abrir las páginas de este libro digital y conocer la inspiradora travesía de quienes nos han cuidado siempre y, por primera vez, tienen tiempo y servicios para ellas!
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Respuesta de preguntas frecuentes
1- Acercándote a la Manzana del Cuidado más cercana y buscando a la líder, ella te contará qué servicios hay para ti, te ayudará a inscribirte y te guiará en todo el proceso.
2- A través de llamada o WhatsApp puedes contactar a la líder de la Manzana más cercana, ella te indicará los horarios de cada servicio y te guiará en todo el proceso.
Según la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT) del 2017, solo en Bogotá, 9 de cada 10 mujeres realizan trabajos de cuidado no remunerados, mientras que sólo 6 de cada 10 hombres lo hacen. Otra cifra que muestra este desequilibrio es el tiempo invertido: ellas gastan 3 horas y 11 minutos diarios más que los hombres en hacer trabajos de cuidado no pagos.
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