Timiza, inspiración para el cuidado
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Persisten los estereotipos en habitantes de Bogotá acerca del trabajo de cuidar. En el imaginario hay un alto porcentaje de personas que piensa que son las mujeres quienes deberían asumir este rol.
De acuerdo con la última evaluación que hizo la Secretaría de Planeación del Sistema de Cuidado de Bogotá, con dos grupos focales (uno de personas que ha hecho uso de los servicios del Sistema del Cuidado y otro que no), se les plantearon seis creencias relacionadas con el cuidado no remunerado.
Los resultados demuestran que los trabajos de cuidado no remunerado ya se reconocen como tal, pero ante las afirmaciones que sugieren la necesidad de redistribuir, un porcentaje considerable de las personas encuestadas sigue coincidiendo en que este rol es propio de las mujeres.
Hay ligeros cambios en algunas de las percepciones, pero la tarea de transformar la forma de pensar frente a quién debe asumir el cuidado en el hogar sigue siendo una necesidad que requiere la corresponsabilidad de la ciudadanía y la institucionalidad.
- Ante la afirmación de, “Las mujeres son mejores para el trabajo doméstico que los hombres”, el 38,2% de los encuestados que no han hecho uso de ningún servicio de las Manzanas están completamente de acuerdo con esta afirmación y el 36% de las personas que han tomado alguno de los servicios están totalmente de acuerdo con la afirmación. Solo el 19 y el 20% respectivamente, están completamente en desacuerdo.
- Ante la afirmación, “A los hombres se les dificulta aprender a cuidar a otras personas y hacer los oficios del hogar”, el 24,8% de personas del grupo que no ha recibido servicios del Sistema está totalmente de acuerdo con la afirmación y el 28,2% de las personas que ha hecho uso de algún servicio. Esto indica que se ha avanzado y que en un alto porcentaje las personas ya identifican que hombres y mujeres tienen la capacidad de cuidar o aprender a cuidar por igual.
- La afirmación, “Si un hogar está sucio es porque le falta una mano femenina”. El 29,9% de las personas que no han hecho uso de ningún servicio del Sistema no coincide para nada con esta afirmación y un 29,6% de quienes sí han hecho uso de algún servicio y que tampoco coincide en lo absoluto con esta afirmación.
- Con respecto a la premisa de, “La mayoría de las mujeres tienen un don natural para hacer los oficios del hogar”, el 40,9% de las personas que no han hecho uso de ningún servicio del Sistema está completamente de acuerdo con esta afirmación, versus el 36,5% de las personas que opinan lo mismo, que han hecho uso de las Manzanas.
En esta pregunta hay aún un alto porcentaje que tienen prejuicios frente a la capacidad de cuidar, relacionada con si se trata de una mujer o un hombre.
Afirmaciones relacionadas con el reconocimiento de los trabajos del cuidado.
- Ante la creencia de que “Cuidar a otras personas y hacer el oficio del hogar son trabajos, aunque no sean remunerados”, tanto las personas que han recibido servicios del sistema como las que no están, prácticamente en la misma proporción (61,9% y 61,7%), están totalmente de acuerdo con esta premisa. Solo el 4,6 y el 5% de los encuestados está completamente en desacuerdo con esta afirmación.
- En relación con la afirmación que reza: “Los hombres también son responsables de los oficios del hogar y del cuidado de sus miembros”, las opiniones no difieren entre quienes han tomado los servicios del sistema versus quienes no. El 71,7% y el 71,3% de los encuestados, respectivamente, está totalmente de acuerdo con esta afirmación.
Si bien hay un reconocimiento creciente de los trabajos de cuidado no remunerado, aún persisten creencias arraigadas que perpetúan roles de género tradicionales en el hogar. Aunque algunos indicadores sugieren un cambio gradual en la percepción de la capacidad de hombres y mujeres para asumir roles de cuidado, sigue siendo preocupante el alto porcentaje de personas que aún atribuyen estas responsabilidades principalmente a las mujeres.
La transformación cultural hacia una distribución equitativa del trabajo de cuidado requiere un esfuerzo conjunto de la ciudadanía y la institucionalidad. Es esencial promover una cultura de corresponsabilidad en el hogar, donde tanto hombres como mujeres sean valorados por igual en su capacidad para realizar trabajos de cuidado. Esta transformación no solo implica cambios en las actitudes individuales, sino también en las políticas y prácticas sociales que apoyen y promuevan la igualdad de género en todos los aspectos de la vida. Solo mediante un enfoque integral y colaborativo podemos avanzar hacia una sociedad más justa e inclusiva para todos.
¡En Bogotá, cuidamos a las que nos cuidan!