En las instalaciones del Colegio Distrital Nuestra Señora del Pilar, ubicado a las espaldas del Movistar Arena, 531 mujeres y 19 hombres que hacen trabajos de cuidado no remunerado recibieron, el martes 5 de diciembre, su diploma como bachiller.
Todas estas 550 personas lograron liberar tiempo para sí mismas y terminar sus estudios gracias a los servicios que ofrecen las Manzanas del Cuidado de Bogotá, ideados para que las mujeres y los hombres cuidadores puedan liberar tiempo que dedican al cuidado, para su realización personal.
En cuatro años ya se han graduado a 1.396 personas cuidadoras que cumplieron su sueño de terminar bachillerato, gracias a la consolidación de la Estrategia de educación flexible que ideó el distrito para que jóvenes y mujeres cuidadoras pudieran retomar sus estudios, concluir o comenzar de cero su bachillerato y proyectarse hacia otros panoramas de educación profesional.
A este respecto la secretaria Distrital de la Mujer, Diana Rodríguez Franco, fue clara al advertir que, precisamente dentro de la lógica que rige a las Manzanas del Cuidado, de liberar tiempo para que personas cuidadoras pongan en marcha o retomen su proyecto de vida alguna vez puesto en pausa, la educación se puso en primer lugar.
Acto seguido, la secretaria Rodríguez Franco explicó que para la Administración Distrital de Claudia López fue claro, desde un comienzo, que era necesario poner a las mujeres y a las personas cuidadoras, en el centro de las políticas públicas de la ciudad, enfatizando que esto se logra cuando uno tiene a la primera mujer alcaldesa y cuando cerrar las brechas de género se convierte en un propósito de ciudad.
En esto coincidió la alcaldesa encargada, la secretaria de Hábitat, Nadya Milena Rangel Rada, quien destacó la labor que ha hecho la Secretaría de la Mujer en la articulación entre las entidades distritales, una de las claves detrás del éxito de las Manzanas.
Aunque detrás de cada una de las 550 togas y birretes hay una historia de vida que amerita ser contada, pues son todas historias de superación que demuestran o que nunca es demasiado tarde, o demasiado temprano para correr detrás de nuestros sueños, una de las historias más conmovedoras de esta promoción fue la de Blanca Estella Palacios Medina, una mujer de 56 años que, aunque padece una discapacidad audiovisual severa, recibió su diploma que la acredita como bachiller.
Otra de las mujeres que recibió su diploma como bachiller fue Tatiana Guayara, una de las graduandas más jóvenes de esta promoción. Ella tiene 18 años y es beneficiaria de la Manzana del Cuidado de San Cristóbal.
“Realizar una labor de cuidado no es una tarea sencilla, sabemos todo lo que implica ser cuidadoras o cuidadores, que en el camino tuvimos que renunciar o aplazar sueños que con el tiempo se volvieron difíciles de alcanzar, pero también hemos sido el ejemplo más claro de decir: “nunca es tarde” y darnos una oportunidad (…) Queridos compañeras y compañeros, esto no es un adiós; es un hasta pronto, porque nos seguiremos encontrando. Hoy orgullosamente podemos decir que lo logramos, cumplimos y le dijimos sí a la educación”, expresó Carmen Rocío Cifuentes, graduanda que estudió en la Manzana del Cuidado de Usaquén y fue la encargada del discurso de graduación.
¡En Bogotá, cuidamos a las que nos cuidan!